Al hablar de la cibernética se entiende que es uno de los temas más importante de la psicología sistémica, al igual que, teoría general de sistemas. Empecemos explicando la cibernética como la ciencia que estudia los procesos de comunicación entre los seres humanos y artificiales; no obstantes a medida la psicología fue creciendo en conocimiento, su concepto se profundizo, llegando al punto de verlo como la relación del hombre con sus entornos en procesos de comunicación y de retroalimentación en todos los ámbitos. Los sistemas tienden a ir al orden como al desorden (entropía) igualmente llegan a la homeostasis, regulando el sistema (Garibay, 2013). Hay diferentes grados de cibernética, la primera es descriptivo dirigida del sujeto al objeto (sistema). El segundo, es bidireccional lo que permite retroalimentación, reflexivo y observador en búsqueda de una relación integrativa, todo esto en aras de procesos circulares de reciprocidad que influyen en la conducta (Garibay, 2013).

En este orden de ideas, la teoría general de los sistemas permitió una universalidad de ella en todos los campos humanos, artificiales, viviente, físicos etc. Hay diferentes tipos de sistemas como por ejemplo el abierto se caracteriza por el intercambio de energía con el contexto. El sistema cerrado no intercambia energía, tampoco se regenera. Consecuente con lo anterior, el sistema aislado no necesita intercambio de energía por ejemplo una silla. Mientras que el sistema no aislado es lo opuesto necesita del entorno para que funcione correctamente (Garibay, 2013). 

Según el autor Ashby el sistema es un todo integrado. Veamos al ser humano como un ser biopsicosocial por ende esta teoría facilita la formulación de hipótesis a través de unos hechos observables, catalizando y retroalimentando la conducta. Ilustrándose en la causalidad circulante donde un cambio en algún sistema afectara directa o indirectamente al otro sistema de manera circulante como una cadena. Unos de sus ítems en la psicoterapia sistémica es la no sumatividad. El todo es mayor y diferente de la suma de sus partes no se puede generalizar o describir los rasgos por adición, es decir, podemos de ser del mismo grupo, pero eso no quiere decir que necesariamente seamos igual en términos de comportamiento que el grupo. El límite es perímetro que contiene los integrantes. Simbiosis entre los individuos es primordial. La especificidad organiza las funciones y la interacción social, buscando la estabilidad grupal, como también patrones de interacción, la morfogenética como flexibilidad al adaptarse y el genograma (jerarquía) (Garibay, 2013).

Referencia

Garibay Rivas, S. (2013). Enfoque sistémico: Una introducción a la psicoterapia familiar (2da. ed.). México: Editorial El Manual Moderno.