Por Mauricio Reyes Estepa
El vacío personal
Es común en nuestras vidas tener momentos de crisis fruto de experiencias dolorosas, de situaciones angustiosas, de condiciones difíciles o de hechos cotidianos.
En tales momentos, todo parece adverso, no se ven salidas fáciles, existe confusión que lejos de ayudar aumenta la desesperanza y la visión de un arreglo a corto plazo.
Esas condiciones crean un vacío personal en nuestros pensamientos, que cual enemigo despiadado rondan sin parar en una idea fija, con pensamientos que de antemano sabemos no son solución pero que no podemos evitar y siguen apareciendo e insistiendo inclementemente, aunque tratemos de evitarlos.
Es que el vacío experimentado proviene de algún compromiso que dejamos de hacer o que hicimos mal. También de alguna situación equivocada o ajena a nuestras propias condiciones, pero que afecta nuestras vidas y muchas veces la de nuestros seres queridos, por lo cual es inminente remediarlas.
Existen casos en que una condición de salud nos asusta y provoca esos vacíos. Nuestra mente confusa nos acusa por lo hecho o dejado de hacer que hubieran podido evitar esa enfermedad, sin razonar que lo mejor sería tratar el mal a tiempo antes de que pueda volverse incurable, y sin pensar que como dicen algunos entendidos, lo que sucede es lo que tiene que suceder y lo que llega es lo que tiene que llegar.
También se dan vacíos cuando perdemos un ser querido. Bien sea porque se ha marchado, porque ha fallecido o porque no quiere estar a nuestro lado. En tales casos no es nuestra voluntad la que resuelve, pero si nuestra mente la que tiene que aceptar las condiciones.
Más grave cuando el vacío proviene de algo que era nuestra responsabilidad, y que por pereza, falta de diligencia u omisión no hicimos o ejecutamos mal. Tales casos atormentan nuestras mentes, En silencio pensamos y repensamos la situación y siempre los pensamientos nos acusan por falta de compromiso en nuestros deberes, causantes de una condición que puede ser grave y tener consecuencias desagradables para sí, para gente de nuestro entorno o inclusive para familiares.
Muchas son las situaciones que pueden causar esos vacíos. Unas graves y otras menos, pero que de todas maneras nos afectan y causan problemas a nuestras vidas y hacen que nuestros pensamientos se ocupen de ellas.
Pero por grave que sea el vacío que inunda nuestros pensamientos, todo en la vida tiene solución, menos la muerte. En esos casos es de buen alivio la meditación, y encontrarse con uno mismo en silencio, pidiendo la ayuda Divina, bendiciendo la situación, solicitando perdón y comprometiéndose a subsanar las heridas que pudo haber causado la situación.
La ayuda divina, sea o no creyente, consiste en el propósito firme de obrar el bien, crear y enviar pensamientos de amor, perdonar a quien nos ha ofendido, perdonarse a sí mismo, y estar dispuesto a ayudar a quien lo necesite, sin ningún compromiso y sin que sea necesario informar de tal ayuda.
TITULO
La obra resignifica la forma de pensar de manera más positiva con el objetivo de enseñar a ver, todo tipo de sucesos desde la mejor perspectiva posible, en pro de una constante evolución del ser humano.
Mas Recientes